España es el segundo más de la UE donde se consume alcohol con más frecuencia: solo nuestro vecino Portugal nos supera. No hay cifras de cuántos alcoholicos hay en el país, pero se estima que 8.8% de la población consuma alcohol a diario. Si te preocupas por alguien cercano que bebe mucho, o si tú mismo notas que tienes un problema con el alcohol, aprende más sobre qué es el alcoholismo, sus causas, factores de riesgo, síntomas y el tratamiento del alcoholismo.
¿Qué es el alcoholismo?
El alcoholismo no es el consumo de alcohol, sino la dependencia del alcohol. Con el paso del tiempo y el consumo, la persona se vuelve cada vez más tolerante al alcohol, por lo que necesita consumir cada vez más, y más veces, para lograr el mismo efecto. Finalmente, el cuerpo se ha acostumbrado tanto al alcohol que, cuando no consume, tiene síntomas de abstinencia.
¿Cuáles son los síntomas del alcoholismo?
En una etapa temprana, puede ser difícil notar los síntomas del alcoholismo. Muchos alcohólicos pasan por una fase de “alcoholismo funcional” en la que aún pueden realizar las tareas cotidianas. Sólo más tarde el consumo de alcohol comienza a afectar las relaciones interpersonales, la claridad de pensamiento y el estado de ánimo. Deben preocuparte:
comportamientos eufóricos y desinhibidos;
comportamiento repentinamente agresivos;
emocionalidad exagerada e incapacidad para controlar las emociones;
fuerte compulsión por beber en cualquier momento del día;
aumentar la cantidad de alcohol que bebe en cada comida;
náuseas, sudoración, ansiedad y temblores (abstinencia) cuando no bebe;
dificultad para dormir, descansar y fatiga crónica.
¿Cuáles son las causas del alcoholismo?
Hay varios factores que aumentan la probabilidad de padecer alcoholismo, como la genética, tener una enfermedad mental (especialmente depresión, ansiedad y trastorno bipolar) y factores sociales (vivir en una sociedad que normaliza el “beber”, empezar a beber alcohol de forma temprana, etc).
¿Cuál es el tratamiento para el alcoholismo?
Desafortunadamente, el alcoholismo no tiene cura. Un alcohólico tendrá que hacer un tratamiento de “mantenimiento” para siempre, o recaerá. El primer paso es la desintoxicación, donde la persona tiene que entrar en un estado de abstinencia total. Es importante que este primer paso se haga en una clínica de desintoxicación, con supervisión médica.
En algunos casos, el médico puede recetar algunos medicamentos para controlar mejor el síndrome de abstinencia. Después de los primeros días, la mayoría de las personas se benefician de la terapia de grupo o al menos de tener un grupo de apoyo, como Alcohólicos Anónimos. La terapia individual, con un psicólogo, es útil en casos de alcoholismo desencadenado por ansiedad, estrés y depresión.
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