¡Cuidar la casa no es una tarea sencilla! Es agotador y requiere mucha dedicación y atención para que todo sea perfecto. Es importante que exista una buena comunicación entre el empleador y la empleada doméstica para que todo se haga de la manera que queréis. Guiar al profesional es muy importante para el resultado final.
Crea un plan de tareas con el profesional. Haz una lista de las tareas que necesitas para distribuirlas por la semana. Así, harás un horario realista y organizado a diario, semanal, o cada dos semanas. Con el horario definido, la empleada del hogar sabrá exactamente qué hacer incluso si no estás en casa.
En el primer día del profesional tu hogar, enseñale tu casa. Haz una presentación detallada de la casa para que el profesional conozca su lugar de trabajo. Si tienes preferencias sobre cómo limpiar determinados objetos o el tipo de producto a utilizar, informa a tu empleada para que se aclare todo al empezar.
Si vives en un condominio, explica también las reglas del lugar, como dónde depositar la basura o cuándo está prohibido el ruido. ¡Es importante que tu empleada no perturbe a tus vecinos!
Indica al profesional que utilice equipo de protección personal para que no ocurran accidente. Es importante poner la mascarilla, usar guantes para tocar en determinados producto de limpieza o incluso proteger los ojos. Disponibiliza estos materiales al profesional.
Reserva un lugar donde el profesional pueda dejar sus pertenencias durante el horario laboral. Establece tiempos de descanso y respétalos.
De acuerdo con estos estándares, podrás tener una rutina de limpieza con tu profesional que difícilmente fallará. Recuerda que este es un trabajo de confianza para ambas partes y que es importante respetar el mismo. Puedes encontrar empleadas doméstica de confianza en Fixando al buscar limpieza del hogar recurrente en Madrid o limpieza general en Barcelona.
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