La forma en la que organizamos y decoramos nuestro hogar puede parecer a veces un problema de segunda clase, algo secundario de lo que solo nos preocupamos cuando nos sobra tiempo (y dinero) y a lo que no otorgamos un gran protagonismo en nuestro día a día. Sin embargo, la forma en la que se distribuye nuestra casa, nuestras cosas, la decoración de las salas, la cantidad de luz, los colores y la limpieza, afectan en realidad mucho más a nuestro bienestar de lo que nos imaginamos. Integrar ciertas costumbres y modos de operar en nuestro hogar tiene un efecto indirecto en el modo en el que hacemos el resto de las cosas, pues termina modificando, a veces incluso de manera imperceptible para nosotros mismos, nuestra filosofía de vida.
Esto no es nada nuevo en realidad, los chinos llevan siglos practicando la filosofía del Feng Shui, buscando generar armonía y energía positiva en los diferentes espacios. Más recientemente, libros como “La magia del orden” de Marie Kondo, “Residuo cero en casa” de Bea Johnson o “Goodbye things” de Fumio Sasaki han llevado al trending topic esta práctica del orden, las buenas costumbres y la búsqueda del equilibrio interior a través del hogar.
La armonía que propone el feng shui se basa en principios bien establecidos de la metafísica china: el equilibrio Yin Yang, el concepto de la energía Chi, la teoría de los cinco elementos y el Ba Gua.
Ying yang: el Yin y el Yang son las dos polaridades de la energía Chi. Yang es lo luminoso, activo y expuesto. Las áreas más activas o yang de una casa son su entrada, la cocina y las áreas sociales (living). Yin, en cambio, es lo oscuro, lo pasivo y lo reposado. Los dormitorios y los baños son las áreas yin de una casa. Lograr en la casa y en nuestra propia vida el equilibrio de los opuestos Yin Yang, entre la actividad y el descanso, entre la prosperidad y la salud, es el principal objetivo de la práctica del feng shui.
Energía Chi: Chi significa aire o aliento. En el feng shui es un sinónimo de la energía vital que necesitamos para alcanzar nuestros objetivos. Los parques y espacios abiertos, los cuerpos de agua naturales o artificiales, son beneficiosos para la energía de Chi de nuestra vivienda. En cambio, los edificios con formas agresivas, las antenas y las autovías con tránsito muy intenso generan Sha Chi, que es la forma destructiva o dañina de la energía. Ciertos objetos, como los espejos, colgantes y luces, pueden desviar el Sha Chi.
Los cinco elementos: la teoría de los Cinco Elementos nos dice que la energía de la Naturaleza, el Chi, se expresa a través de cinco fases: el Fuego, la Tierra, el Metal, el Agua, la Madera. Los Cinco Elementos proporcionan la base formal para razonar las curas o soluciones del feng shui; es el fundamento de las fórmulas de la brújula, de la astrología y la numerología china, del calendario y de la medicina china. En nuestra casa, los cinco elementos pueden materializarse mediante ciertos objetos (ver ilustración debajo). La teoría de los cinco elementos también se puede aplicar a los colores.
Ejemplo de mapa Ba Gua según la puerta de entrada:
Según las reglas básicas del Feng Shui, en nuestra casa debemos cuidar especialmente tres puntos claves: la entrada, la cocina y los dormitorios. En estos tres ambientes se resuelve el 90% del feng shui del interior de tu casa. Por supuesto, aunque existen unas reglas básicas, éstas deberán aplicarse ajustándose a las necesidades y posibilidades de cada hogar. En el blog de Casa & Decoração tenemos algunos ejemplos muy interesantes de cómo combinar los colores para crear armonía y Feng Shui en nuestra casa.
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