Según la Organización Mundial de Salud (OMS), "salud" se define como "completo bienestar físico, mental y social".
Por lo tanto, “gozar de buena salud” no significa solo no tener ninguna enfermedad. ¡Se necesita mucho más que eso! El verdadero bienestar que va mucho más allá de lo físico. A veces la parte menos visible de nosotros, la parte emocional, es el problema real. Ya hablamos sobre el “burnout” o “agotamiento” y nunca se deben subestimar los síntomas de cansancio, depresión, ansiedad o pensamientos intrusivos.
¡Obviamente, la parte física también es muy importante! Como decían los romanos “mente sana en un cuerpo sano”. La OMS recomienda el ejercicio regular y es fundamental para que nos sintamos mejor. El esfuerzo físico es una excelente manera de aliviar el estrés e incluso aumentar nuestra autoestima. Pero ten en cuenta que “ejercicio físico” no es necesariamente sinónimo de fútbol, natación, carrera o gimnasio.
Si no te gustan los deportes, puedes hacer otro tipo de ejercicio, como ejercicios de peso corporal, caminar o hacer pesas. Busca un entrenador personal para definir un plan de entrenamiento que se adapte a tus preferencias, objetivos y horario. Estoy seguro de que notarás la diferencia después de unas semanas.
Además, necesitamos sumar los alimentos al esfuerzo físico, ya que la nutrición también es fundamental para nuestro bienestar. Aparte del evidente impacto en nuestro peso, tener las vitaminas necesarias influye en nuestro sentido del humor, ciertos alimentos combaten el envejecimiento y la inflamación. En este caso, lo mejor es consultar a un nutricionista que te ayudará a saber qué es lo mejor para ti.
Todos estos factores – salud mental, ejercicio y una dieta equilibrada – son esenciales para el bienestar y la salud. Es muy importante prestar atención a nuestro cuerpo y tus emociones. Si lo necesitas, ¡no dudes en buscar ayuda!