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Patricia

Enfermedades alérgicas y deporte: ¿son compatibles?


Ya nadie cuestiona que el ejercicio es parte de un estilo de vida saludable. Según la OMS, los adultos deben realizar una actividad física moderada entre 150 (2 horas y 30 minutos) y 300 minu


tos (5 horas) por semana o entre 75 (1 hora y cuarto) y 150 (2 horas y 30 minutos) de actividad física intensa. Sin embargo, para las personas con enfermedades alérgicas, el ejercicio es un desafío.


El caso ejercicio físico, incluso moderado, puede desencadenar síntomas de asma. Es por eso que las personas con enfermedades alérgicas suelen tener un peor desempeño en las clases de educación física y en el gimnasio. Por otro lado, también se ha demostrado que el deporte mejora la salud cardiorrespiratoria, por lo que tiene un impacto positivo en el control de enfermedades.


Pero, ¿cómo es posible controlar la enfermedad con algo que desencadena los síntomas? Parece contradictorio.


¿Por qué el deporte causa problemas respiratorios?

Empecemos por averiguar qué causa los síntomas. La dificultad para respirar suele aparecer después de hacer ejercicio y no durante el mismo. También son más comunes en el ejercicio al aire libre (que suele requerir más esfuerzo cardiorrespiratorio, especialmente en el frío) y en deportes de alta resistencia como las carreras de larga distancia, el ciclismo y la natación.


De hecho, existen estudios que apuntan a que la natación es el deporte en el que la mayoría de deportistas se quejan. Un cuestionario en un club portugués encontró que el 30% de los nadadores tenía alergias, el 24% tenía rinitis y el 13% tenía asma. Sin embargo, solo el 9% usaba medicamentos para aliviar el asma y solo el 5% usaba medicamentos con regularidad.


¿Qué hacer si tiene asma y quiere hacer deporte?

Los atletas con problemas respiratorios siempre deben consultar a su inmunólogo para revisar la terapia con corticosteroides y broncodilatadores. Estos medicamentos previenen el empeoramiento de los síntomas durante la práctica de deportes.


Una vez que comprendas cuáles son los deportes con más riesgos y controles la enfermedad inducida por el deporte, romperás un círculo vicioso. Cuando finalmente logres practicar deportes sin temor a sufrir un ataque de asma, por ejemplo, sentirás todos los beneficios del ejercicio regular, incluidas las mejoras en tu estado de ánimo y la prevención de ansiedad.


Recuerda que puedes buscar un servicio de entrenamiento personal en Barcelona, Madrid u otras comunidades a través de Fixando. Cuando contrates al profesional, infórmale que tienes asma y qué tratamiento estás tomando para evitar el problema.


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