La movilidad consiste en nuestra capacidad de movernos o, en otras palabras, de hacer movimientos amplios y coordinados. La movilidad no es nuestra capacidad para estirar los músculos o ser flexibles (por ejemplo, ¡llegar con tus las manos a la punta de los dedos!). Por tanto, la movilidad depende de nuestras articulaciones: hombros, tobillos, rodillas, etc.
La mayoría de las personas tienen algún tipo de problema de movilidad. La mayoría de las veces son problemas temporales, que se acentúan al final del día. A veces se vuelven crónicos por el desgaste de las articulaciones, las lesiones o el avance de la edad. La buena noticia es que puedes hacer ejercicios que aumenten la movilidad articular y prevengan esos dolores.
Si trabajas en una oficina, uno de los mejores ejercicios que puedes hacer para trabajar la movilidad articular es mover el cuello hacia atrás, hacia adelante y hacia los lados. Si trabajas de pie, intenta girar los brazos y las caderas. Gira las muñecas y los tobillos a lo largo del día. Otra posibilidad, por supuesto, es tener una rutina que hagas todos los días por la mañana o por la noche.
Estos ejercicios de movilidad articular tienen tres funciones: lubricar la articulación, calentar los músculos y favorecer el estiramiento. Por lo tanto, terminan mejorando no solo la movilidad, que es muy importante, sino también tu rango de movimiento y la flexibilidad de la que hablábamos antes.
Muchos expertos en entrenamiento personal recomiendan que antes de entrenar hagas ejercicios para trabajar la movilidad articular. Si estás acostumbrado a correr, hacer pesas, levantamiento de pesas y otros deportes que requieren grandes movimientos. Encuentra un entrenador personal en Madrid y un entrenadores personal en Barcelona ¡para mejorar tu condición física!
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