¿Siempre te sientes ansioso? ¿Crees que todo saldrá mal? Si siempre estás imaginando que todo va a peor, estás utilizando el miedo como emoción base.
Primero, debemos aclarar que el miedo y la ansiedad son emociones diferentes. Sin embargo, la ansiedad constante acaba convirtiéndose en un estado persistente de preocupación. Hay un miedo constante por algo que nuestra mente interpreta como un “peligro” o una “amenaza”.
Por eso, ambas emociones tienen las mismas consecuencias para nuestro organismo. Nos quedamos con el corazón acelerado, irregular o sibilante, temblores en las piernas, hormigueos, visión borrosa y una serie de otros síntomas que pueden variar según la persona.
A menudo, este miedo proviene de creencias limitantes como "no puedo", "no me lo merezco", "nada me sale bien" o "se reirán de mí". Esta percepción negativa de nosotros mismos y el miedo al fracaso nos sabotean y crean un efecto “bola de nieve” a lo largo del tiempo.
Si este es tu caso, es importante entender el origen de estos pensamientos. ¿Porqué estás tan preocupado? ¿Por qué estás sufriendo en anticipación?
Ahí es donde entra la terapia. Con la ayuda de un psicólogo en Madrid o un psicólogo en Barcelona, puedes explorar tu ansiedad y cómo domarla. De lo contrario, seguirás entrando en una “espiral” de ansiedad, con altos niveles de cortisol que dejan tu cuerpo siempre “en alerta” y al borde de un ataque de pánico.
Atención: es normal tener miedo y miedo ante ciertas situaciones. ¡Es parte de la naturaleza humana! Pero si ese miedo te impide vivir una vida normal, entonces es un problema. Y, como todos los problemas, hay una solución. ¡No seas tu propio peor enemigo! Consigue una cita con un psicólogo y hace frente a tus peores miedos.